Impacto y Rentabilidad

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Necesitamos cambiar la forma en la que producimos y pensamos en el crecimiento.

En los últimos 200 años, presenciamos un progreso incréible de la humanidad: nunca antes tanta gente ha vivido tan bien, tanto tiempo y con tantas comodidades. Pero la base de este crecimiento es una lógica de producción invasiva y extractiva que históricamente no tuvo en cuenta (y debería) a las personas, ni al medio ambiente.

Puede ocurrir que en la vida post-pandémica, el capital esté más abierto a escuchar aquellas propuestas que resuelvan los grandes problemas a los que se enfrenta la humanidad. Pero la clave no está sólo en apelar a esa sensibilidad. Más bien tenemos que cambiar nuestro enfoque quienes generan estas propuestas. Deben ser atractivas para el capital: tienen que contemplar buenos retornos de inversión.
Hay muchos ejemplos de empresas que ya lo están haciendo con éxito, pero aún no es suficiente. La empresa Orsted, la mayor compañía energética de Dinamarca, inició un proceso de desinversión en combustibles fósiles e inversión en renovables. El valor de sus acciones casi se ha triplicado en los últimos tres años. La multinacional holandesa DSM, especializada en salud, alimentación y materiales, pretende acabar con todas las formas de malnutrición para 2030, lo que podría generar unos ingresos anuales de más de 1.000 millones de dólares. La conocida empresa Danone opta por apostar por una alimentación sana (y sostenible) para liderar el mercado.

Todas las startups de nuestro portfolio cumplen esa formulación de encontrar modelos atractivos para el capital al tiempo que aspiran a resolver algunos de los grandes problemas de la humanidad. He aquí algunos ejemplos. La actividad de Beeflow consiste en mejorar el rendimiento de los cultivos con abejas: cada dólar de crecimiento de la empresa es un paso más en la producción sostenible de cultivos. Stämm está desarrollando la próxima generación de biorreactores que permitirán democratizar la producción biológica. Tomorrow Foods trata de aportar proteínas alternativas que reduzcan el impacto ambiental generado por la producción ganadera. Michroma pretende cambiar la industria de los ingredientes, fabricando colorantes 100% naturales y sabiendo que sólo puede tener éxito si sus colorantes funcionan y son más convenientes en la ecuación costo-beneficio. Alytix desarrolla alternativas a los antibióticos: cada producto que sale al mercado es un antibiótico menos que utilizamos y que reduce el enorme problema de las bacterias resistentes, producidas por el uso indiscriminado de antibióticos.
Es posible. Hay cientos, miles de casos, pero necesitamos muchos más, y eso sólo ocurrirá con más personas comprometidas en liderar esos procesos.

Los emprendedores de negocios que buscan proyectos que ya tienen esta lógica de impacto pueden explorar cómo su energía y sus conocimientos empresariales pueden complementar esas ideas. Esto requiere mucha paciencia y compasión, porque en el camino se encontrarán con personas que ven el mundo de otra manera. Para los que no saben de negocios pero sí tienen conocimientos técnicos o científicos que pueden resolver grandes problemas de la humanidad, o una visión que ya incluye esta sensibilidad social y medioambiental, pueden unirse a perfiles de negocios que sí tienen una idea, soportando la incomodidad de enfrentarse a nuevos idiomas, nuevas culturas y nuevos procesos. Y para los que ya están en equipos emprendedores que tienen ese complemento: es el momento de pensar en grande. Pensar en el mundo como un mercado. Piensa que la medida del impacto estará relacionada con el tamaño de tu empresa.

Las oportunidades son infinitas. Tenemos que transformar el sistema de salud. Necesitamos transformar cómo producimos alimentos, porque necesitamos alimentos sanos y sostenibles. Necesitamos transformar cómo convivimos con el medio ambiente, cómo cuidamos el agua, cómo restauramos nuestra atmósfera y nuestros suelos, cómo nos transportamos, cómo producimos energía, cómo producimos materiales, y mucho más.
Y no sólo necesitamos hacerlo en el actual sistema capitalista, sino también en el horizonte de crecimiento que el mundo necesita, para que toda la población pueda disfrutar de un bienestar material acorde con las posibilidades que el mundo  puede ofrecer. Hoy tenemos un conocimiento importante para producir lo necesario para que toda la población mundial pueda acceder al bienestar material, pero no tenemos forma de transmitirlo, porque muchas propuestas que pueden resolver grandes problemas no consideran que tienen que ser un buen negocio para crecer y generar impacto y, en consecuencia, se quedan en el camino.

Vamos a conmovernos, emocionarnos y transformarnos individualmente en este nuevo escenario pandémico, pero cuando todo acabe, corremos el riesgo de olvidarnos de nosotros mismos y reacomodarnos a consumir y vivir nuestras vidas como nos resulte más cómodo. Este cambio profundo en la humanidad va a llegar, ya lo estamos transitando. Mientras tanto necesitamos transformar la oferta, porque transformar desde la demanda va a llevar mucho más tiempo. Hay un sinfín de oportunidades, es hora de salir de nuestra zona de confort y cambiar nuestro enfoque.