¿Cuál es el problema?
Los océanos han perdido ya el 90% de su población de grandes especies de peces. La acuicultura nació como solución para resolver este problema, pero surgió otro: alimentar a la población. Cada año se utilizan casi 3,5 millones de toneladas de pescado (el equivalente a 2,5 millones de coches) para alimentar a los peces, lo que ejerce una enorme presión sobre los recursos oceánicos. Además de ser insostenible, esto crea otro problema, ya que los peces son alimentados con una dieta ineficiente, desarrollando enfermedades que suponen la muerte de alrededor del 20% de la producción total mundial. Actualmente, los productores de salmón o camarones, por ejemplo, no pueden producir sin microalgas, ya que son la base de la alimentación de larvas y alevines de especies marinas. Por tanto, están sujetos a una producción limitada de microalgas en sus criaderos, que representa el 30% de sus costes de producción.
¿Cómo lo resuelven?
Las microalgas como alimento vivo, o en seco como suplemento de los pellets, son la solución para arreglar por completo este sector productivo. Pero la producción es tan limitada, nicho y cara que en realidad es imposible cubrir la demanda. De hecho, sólo se cubre el 0,7% de la demanda de la acuicultura. En AlgaLife llevamos 16 años trabajando en la solución y estamos preparados para cambiar esta limitación de la producción. AlgaLife ha trabajado en la producción de un consorcio de microalgas que, cuando se incorporan a las dietas animales, han demostrado mejoras en la salud intestinal y una reducción de la mortalidad en juveniles de tilapia, corales y peces ornamentales, y han mejorado las dietas convencionales. Como otros organismos, las microalgas no viven solas, por lo que hemos desarrollado la tecnología patentable MBC, que cultiva algas en asociación con otros microorganismos, para obtener formulaciones de mayor calidad que las disponibles en el mercado y con costes de producción hasta un 95% inferiores a los de un criadero.