¿Cuál es el problema?
El primer problema que queremos abordar son los millones de toneladas de algas sargazo que llegan y contaminan las costas caribeñas. Esta macroalga parda existe en alta mar desde hace miles de años, pero en los últimos diez años ha llegado a más de 19 países caribeños en volúmenes de millones de toneladas cada mes. Este volumen de algas perjudica a los ecosistemas marinos, especialmente a los arrecifes de coral y las praderas marinas, porque impide la oxigenación normal del agua y la entrada de luz solar. Además, al pudrirse, estas algas liberan gases como CO2 y H2S (que es un precursor de la lluvia ácida y tiene olor a huevo podrido), poniendo en peligro los ecosistemas y las especies que sustentan las infraestructuras turísticas valoradas en miles de millones de dólares y todos los puestos de trabajo en torno a esta industria. El segundo problema que buscamos atajar son los residuos plásticos contaminantes no degradables que acaban en vertederos, ríos, tierras de cultivo y, en última instancia, en las costas y los océanos. Reciclar y reutilizar los plásticos es una solución, pero insuficiente; los avances tecnológicos deben llegar para mitigar la contaminación por plásticos.
¿Cómo lo resuelven?
Buscamos utilizar un problema como solución de otro problema. BioPlaster Research se centra en el desarrollo de biosoluciones para la industria, la agricultura y el mundo académico, principalmente utilizando recursos que han sido problemáticos para el medio ambiente y la sociedad. En concreto, nuestras formulaciones de bioplástico de sargazo están diseñadas para ser completamente biodegradables. Algunas son termoplásticas (se pueden moldear con calor), con el objetivo de sustituir directamente al plástico derivado del petróleo sin necesidad de cambiar la infraestructura de la industria que se utiliza hoy en día. Nuestra misión es desarrollar materiales que se diseñen como tecnología de sustitución de los procesos de fabricación actuales, al tiempo que se da un uso a estas algas contaminantes.