

¿Cuál es el problema?
Las estadísticas sobre el cáncer de piel subestiman actualmente su prevalencia real, con hasta 3 millones de casos declarados oficialmente cada año. Esta subestimación se debe a la complejidad del diagnóstico. El problema va más allá del cáncer de piel, ya que la exposición diaria a la radiación UV provoca fotoenvejecimiento y otras enfermedades cutáneas. Los métodos actuales de protección frente a los rayos UV carecen de una reparación eficaz del ADN, lo que provoca la aparición de mutaciones que causan enfermedades cutáneas. Las soluciones actuales incluyen productos tópicos con extractos de plancton que afirman contener fotoliasas reparadoras. Sin embargo, su eficacia, pureza y no alergenicidad no están demostradas empíricamente. Estas limitaciones exigen una solución fiable que garantice la reparación del ADN sin mutaciones y que subsane las deficiencias de las ofertas actuales.



¿Cómo lo resuelven?
Ofrecemos una solución derivada de los extremófilos antárticos y sus fotoliasas de nueva generación. Tras 10 años de investigación, hemos seleccionado nuevas fotoliasas, con una actividad de reparación del ADN mejorada y compatibles con la expresión recombinante en E. coli. Esta compatibilidad no era posible con las fotoliasas derivadas del plancton. Nuestras fotoliasas de nueva generación proporcionan una actividad de reparación superior, superando el estándar actual de la industria y superando las limitaciones de las alternativas existentes derivadas del plancton. Gracias a nuestro enfoque innovador, conseguimos una eficacia de reparación del ADN superior al 60% en modelos in vivo, manteniendo al mismo tiempo un alto nivel de pureza del 90%.