¿Cuál es el problema?
Cada año se diluyen 700 mil toneladas de colorantes en 5 billones de litros de agua potable para teñir ropa. Los colorantes utilizados son derivados del petróleo, tóxicos y contaminantes, convirtiendo al agua de tinción en el efluente industrial más peligroso, costoso y difícil de tratar a nivel global. El resultado: la contaminación del 20% del agua potable del planeta. Existen alternativas como los colorantes de origen natural. Sin embargo, los enfoques tecnológicos utilizados no logran colorantes escalables, no adhieren a las fibras textiles, o una vez adheridos no son duraderos. Esto los hace 10 veces más costosos y de menor performance que un colorante sintético, por lo que no son adoptados industrialmente.
¿Cómo lo resuelven?
Utilizamos bacterias específicas que, por un proceso de fermentación personalizado, actúan como fábricas escalables de pigmentos naturales. Estas bacterias son genéticamente modificables para producir diversos pigmentos en forma costo-eficiente. A través de un proceso de secado, convertimos estos pigmentos en colorantes en polvo, formato de producto usado en la industria textil. Además, este proceso permite agregar propiedades textiles, logrando colores intensos y duraderos permitiendo el ahorro de numerosos químicos auxiliares en la tinción. Nuestros colorantes pueden mezclarse para obtener tonos precisos, ofreciendo a los fabricantes una solución versátil y no contaminante.