¿Cuál es el problema?
El rápido cambio climático y el crecimiento exponencial de la población generan más presión sobre un sistema de producción de cultivos que ya no es sostenible. Hay miles de kilómetros entre el productor y el consumidor, lo que obliga a utilizar medios de transporte de larga distancia, encareciendo el producto y generando emisiones por el camino. Y si tenemos en cuenta el uso intensivo de agroquímicos en el proceso de producción, todo ello genera un enorme impacto negativo en el medio ambiente. Además, cerca de la mitad de la producción se pierde, ya sea por factores externos, como las heladas o la sequía, y también en el momento de la cosecha, el transporte e incluso en la góndola a la espera de ser comprada.
¿Cómo lo resuelven?
En respuesta a todos estos problemas, empezaron a aparecer medios de producción más sostenibles y resistentes, como la hidroponía. Mediante una combinación de estímulos eléctricos y magnéticos, aprovechamos la sensibilidad de las plantas para crear una plataforma que nos permite acelerar su crecimiento, aumentar su resistencia a plagas y enfermedades y controlar su composición química a nivel molecular. Nos centramos en cultivos hidropónicos alimentarios y medicinales, como el cannabis y las plantas de cultivo molecular. Ofreceremos un sistema que combina dos tecnologías: hardware modular y software responsivo que determina el tiempo y la intensidad de los estímulos en función de las necesidades de la planta.