¿Cuál es el problema?

Entre el 30% y el 50% de los cultivos se pierden anualmente a causa de las plagas, al tiempo que se prevé que la demanda futura de alimentos aumente un 50% de aquí a 2050. Como consecuencia del cambio climático, la expansión regional de las plagas y el impacto de los fenómenos climáticos en los cultivos, hay aún más amenazas a la seguridad alimentaria. No sólo podríamos enfrentarnos a una escasez de alimentos, sino que además ya hemos empezado a afrontar problemas medioambientales como la pérdida de biodiversidad, la toxicidad del agua y la resistencia a los pesticidas, que obligan a algunas regiones a prohibirlos, mientras que otras aumentan las restricciones sobre su uso y su presencia en los productos. Esto exige nuevos y mejores productos, más rápidos de desarrollar y con una mejor relación costo-beneficio.